La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. acaba de aprobar un implante, el primero de su tipo, que controla el apetito al estimular eléctricamente los nervios estomacales.
Botero «La princesa Margaret»
El implante envía señales eléctricas a los nervios que rodean al estómago que ayudan a controlar la digestión. Esas señales bloquean los nervios, reduciendo las punzadas de hambre y haciendo que la persona se sienta llena.
La FDA aprobó el dispositivo para su uso en personas a partir de los 18 años que tengan un índice de masa corporal (IMC) de entre 35 y 45 y que sufran de al menos una afección más relacionada con la obesidad, como la diabetes tipo 2. El IMC es una proporción que determina la grasa corporal según la estatura y el peso de una persona. Por ejemplo, una persona que mida 1.70 metros y pese 104.5 kilos tendría un IMC de 35. Un IMC a partir de 30 se considera obesidad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Requisito para recibir este implante es que las personas deben haber intentado, y no haber logrado, perder peso mediante un programa tradicional. El dispositivo es el primer aparato para la obesidad aprobado por la FDA desde 2007, de lo que se deduce la relevancia de este hallazgo.
En EE.UU. más de una tercera parte de todos los adultos de son obesos, y las personas con obesidad están en un mayor riesgo de enfermedades cardiacas, accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.
Como parte de la aprobación de la FDA se deberá llevar a cabo un estudio complementario de cinco años posterior a la aprobación que siga a al menos cien pacientes y que recolecte datos adicionales sobre la seguridad y la efectividad de este dispositivo.
Cabe esperar que una vez transcurrido este tiempo los resultados finales sean positivos y con ello haya podido encontrarse una solución al grave problema que supone actualmente la obesidad en EE.UU.
