Kate Winslet, Lupita Nyong’o, Penélope Cruz y Lily Collins: cuatro símbolos de la mujer Lancôme en su vertiente más conmovedora, singular y afianzada. Pero, ¿qué tienen en común?
El resplandor, la luz que emanan, una luminosidad que parece provenir del interior y que trasciende las nociones de la edad y la etnia. Este brillo intangible, tremendamente personal, único en cada una de ellas, dibuja una belleza libre y moderna, es el Aura de la juventud. Lancôme ha contado con tres artistas que han sido capaces de capturar sus auras para reunirlas en una campaña, la primera que protagonizan cuatro de sus embajadoras.
Mert Alas y Marcus Piggott, cuyo talento queda plasmado en la mayoría de los trabajos de Lancôme, firman de este modo una serie de fotografías que esbozan la seducción: retratos llenos de glamour puro y sencilla elegancia, el homenaje de una modernidad absoluta a la gran tradición del retrato clásico.
Detrás de la cámara, Peter Lindbergh pone en escena a las embajadoras de Lancôme en un film publicitario. Peter Lindbergh, el cómplice de siempre, el imponente director de una feminidad a flor de imagen, rebosante de delicadeza y de fuerza serena. Recordemos que Peter Lindbergh plasmó para Lancôme el reflejo ideal de la feminidad inmortalizando a Isabella Rossellini para una campaña de Trésor.
Esta campaña gira en torno a una galería de preciosos retratos de mujeres y cuenta con un quinto protagonista: el frasco de Advanced Génifique. Objeto familiar, objeto de deseo y, ante todo, un bello objeto. Objeto de complicidad también, para las cuatro embajadoras de Lancôme que lo abrazan. Objeto icónico, ahora más que nunca.
