LE CUIDADO DE LA PIEL SENSIBLE

La sensibilidad en la piel se expresa en forma de hinchazón, rojeces, descamación o eccemas, y se asocia clínicamente con afecciones como la rosácea, el acné o la atopía.  Suelen ser pieles con una respuesta sensorial alterada o con una barrera hidrolipídica más fina y permeable.

Eva Raya, cosmetóloga y co-creadora de Alice in Beautyland, nos da las claves para el cuidado de este tipo de pieles.

1. ELEGIR  LOS COSMÉTICOS CON SENTIDO Y SENSIBILIDAD
“Los jabones agresivos o productos con exceso de alcohol pueden alterar el manto hidrolipídico natural de la piel. En este sentido, es mejor evitar maquillajes tipo waterproof que requieren de limpiadores especiales.
El oxicloruro de bismuto, que da un aspecto perlado a los maquillajes, suele ser bastante irritante y oclusivo para las pieles más delicadas, y puede provocar escozor en los ojos cuando está presente en productos como delineadores o máscaras de pestañas.
Algunos conservantes o el exceso de perfumes, tanto químicos como naturales, pueden aumentar el número de alérgenos de forma considerable. Y emulsiones muy ácidas o alcalinas, el retinol o los protectores solares químicos tampoco son los mejores amigos de las pieles sensibles”.

2. HIDRATAR ‘A TODA COSTA’ – ¡ESPECIALMENTE EN INVIERNO! –
Llega la temporada de esquí, pasamos mucho tiempo al aire libre y nos despreocupamos de hidratarnos con cierta frecuencia. ¡Mec! Todas las pieles necesitan hidratación, pero en el caso de las pieles sensibles aún debemos ponerle más mimo para que la piel pueda ejercer su función natural de barrera. ¿Los productos ad hoc? Los más suaves y emolientes, aquellos que eviten la pérdida de agua y que contengan ingredientes hidratantes naturales testados dermatológicamente para pieles sensibles.

3. ADAPTAR LAS PROPUESTAS DE MEDICINA ESTÉTICA
Algunos AHAS pueden ser muy irritantes para la piel, de modo que, si quieremos  hacer un peeling médico, hemos recurrir  a un profesional que nos aplique el ácido y la concentración más adecuados. También hay que tener precaución con los láseres.

4. SEGUIR HÁBITOS BAJO CONTROL
Es conveniente evitar tocarnos mucho la cara puesto que “se ensucia. En casos extremos, se puede producir una infección de acné”. De tolerar el agua, es preferible elegir una temperatura templada. Además, hay que prestar “especial atención a la caducidad de los cosméticos y a la mezcla de distintos productos no compatibles, porque causan muchas reacciones en pieles sensibles”.
En cuanto a agresores externos, “los cambios bruscos de temperatura, las temperaturas excesivamente frías o calientes, la polución, el exceso de sol o los lugares con una climatología muy seca, agreden a todos los tipos de piel, especialmente a las más sensibles”.

5. INTERPRETAR LAS SEÑALES
¿Y si la sensibilidad fuera una señal del cuerpo que hay que interpretar? Las incómodas expresiones de la sensibilidad suelen aparecer ante situaciones de estrés. En su libro “The Telomere Effect”, la bioquímica Elisabeth Blackburn (Nobel de Medicina en 2009 junto a Carol Greider y Jack Szostak por su descubrimiento de la telomerasa), explica sus investigaciones sobre cómo nuestros hábitos de pensamiento y emociones influyen decisivamente en el estado de los telómeros de nuestras células. Así, si realizamos el ejercicio conscientes de percibir ese estímulo estresante como un desafío en lugar de como una amenaza, los niveles de cortisol, la hormona del estrés, se equilibran y reducen, protegiendo la producción de queratinocitos, fibroblastos y colágeno de la piel. Sí: ¡una buena actitud ante la vida embellece!

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Acerca de Agueda Orozco

Profesional con gran experiencia en la edición de revistas profesionales de peluquería y estética, organizadora de certámenes profesionales y creadora del blog Beauty Today.
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