El color de la ropa refleja la personalidad de las personas, pero también puede decir mucho sobre el estado de ánimo e influir en la forma en que uno es percibido por los demás. Los tonos diferentes revelan distintos significados y sentimientos y se convierten en sinónimo de la salud emocional.
La Teoría del Color defiende la existencia de una estrecha relación entre los colores y las emociones que sienten las personas. Aunque la selección de la ropa es algo subjetivo, el color es una realidad objetiva. No se trata simplemente de tener un determinado gusto.
Más allá de la percepción global, está el efecto de los colores sobre las impresiones personales de cada individuo. Los conceptos con los que se relacionan los tonos forman parte del aprendizaje natural y dependen del ámbito cultural y las costumbres de cada población. En la tradición occidental, los significados de los colores tienen un origen común.
Se lleva en la sangre y en la mente: El rojo. Fue el primer color en recibir nombre y según Verónica García, psicóloga emocional, “tiene connotaciones sexuales y las personas que lo llevan quieren hacerse notar a través de él”. Numerosos estudios sobre el rojo han demostrado sus efectos poderosos sobre el comportamiento humano, especialmente cuando se trata de resaltar el aspecto físico.
El azul siempre está de moda, algo justificado por las propiedades que posee. Es sinónimo de tranquilidad y relajación y las personas se sienten más cómodas cuando se ponen prendas realizadas en el color del agua. Además, como afirma García, ayuda a la creatividad, puesto que se asocia con la paz y la apertura hacia nuevas aventuras. De esta manera, aporta seguridad a la hora de abordar novedosos proyectos.
El color por excelencia es el negro, el rey de las ciudades cosmopolitas. Es fácil de combinar, ya que queda bien con casi todos los demás colores. Refleja elegancia, formalidad y seguridad y tiene el positivo efecto adelgazador. Sin embargo, el negro puede tener además connotaciones negativas. “Muchos lo ven como un color agresivo y se considera que es el preferido de las personas violentas”, comenta la psicóloga.
Si se quiere transmitir confianza y una salud emocional positiva, el color debe ser el verde. Este tono es fresco y sutil y se relaciona con la naturaleza. García dice además que es el color de la prosperidad económica y el dinero y al igual que el azul, se vincula a un estado de ánimo creativo.
El naranja aporta energía, vitalidad y calor y hace que las personas que lo lleven capten la atención. Pero hay que tener cuidado al elegir este tono, ya que también puede causar mala impresión. Según la psicóloga, es el color menos preferido, especialmente entre las mujeres. Desde la perspectiva psicológica, la razón todavía es desconocida.
Durante los años 60 y 70 del siglo pasado, el psicólogo Alexander G. Schauss, experto en Ciencias de la Vida (Life Sciences) en el Instituto Americano de Investigación Biosocial, en Tacoma, Washington lleva a cabo numerosos experimentos en Estados Unidos para demostrar los efectos que tiene el color rosa sobre las personas. Para realizar una de las pruebas, Schauss pinta varias celdas de prisioneros en rosa. Los resultados fueron impactantes: El nivel de agresión que normalmente presentaban los presos había disminuido notablemente. A pesar de que es considerado por muchos un color infantil, el rosa puede ayudar a reducir la ira y el enfado.
Uno de los colores que no tienen mucho impacto sobre el estado de ánimo, pero sí sobre la subconsciencia, es el gris. Este tono es ideal para conseguir un outfit sofisticado y suave, pero su abuso puede llegar a restringir los sentimientos positivos.
Mantener una vida indiferente al color es fácil, pero un correcto uso de las diferentes tonalidades puede ayudar a destacar de manera eficaz el aspecto físico, además de convertirse en el inicio de un nuevo trayecto lleno de sentimientos y enigmas.
