Una mejor dieta, la práctica de ejercicio, y la buena gestión del estrés pueden alargar los telómeros casi un 10% y con ello la vida.
Frutas y verduras, un componente básico de una dieta saludable.
Un estudio piloto de la Universidad de California en San Francisco y el Instituto de Investigación de Medicina Preventiva (ambos en EE UU), muestra que los cambios hacia un estilo de vida más sano pueden dar lugar a telómeros más largos. En el estudio, publicado en la edición digital de The Lancet Oncology, los autores dicen que esperan que los resultados inspiren ensayos más amplios para probar la validez de los hallazgos, pero que la dieta, el ejercicio, la gestión del estrés y el apoyo social pueden alargar los telómeros.
“Nuestros genes y nuestros telómeros, no marcan necesariamente nuestro destino. Muy a menudo la gente piensa que si tiene malos genes, no hay nada que pueda hacer al respecto”, dice el autor principal, Dean Ornish. “Sin embargo, estos hallazgos indican que los telómeros pueden prolongarse en la medida en que la gente cambia la forma en la que vive. La investigación indica que los telómeros más largos se asocian con menos enfermedades y una vida más larga”, agrega.
Durante cinco años, los investigadores siguieron a 35 hombres con cáncer de próstata localizado, en fase inicial para explorar la relación entre los cambios integrales de estilo de vida y la longitud del telómero y la actividad de la telomerasa. Todos ellos estaban bajo vigilancia activa, que consiste en seguir de cerca la patología de un paciente a través de la detección y la biopsia.
Diez de los pacientes llevaron a cabo cambios de estilo de vida que incluyen: una dieta basada en vegetales (rica en frutas, verduras y cereales no refinados y baja en grasas y carbohidratos refinados), ejercicio moderado (caminar 30 minutos al día, seis días a la semana), reducción del estrés (práctica de yoga suave basado en estiramientos, respiración y meditación), además de participar en un grupo de apoyo semanal. Se les comparó con otros 25 participantes del estudio que no modificaron sus hábitos de vida.
El grupo que realizó los cambios de estilo de vida experimentó un aumento significativo en la longitud de los telómeros de aproximadamente un 10%. Además, cuantas más personas modificaron su comportamiento mediante la adhesión al programa de estilo de vida recomendado, más importante fue la mejoría de la longitud de los telómeros, según vieron los científicos. Por el contrario, los hombres en el grupo de control tenían una longuitud de los telómeros más corta, casi un 3% más corta, al final del estudio de cinco años, ya que, por lo general, la longitud de los telómeros disminuye con el tiempo.
Los investigadores dicen que los resultados pueden no estar limitados a los hombres con cáncer de próstata y es probable que sean relevantes para la población general.
Fuente: 20minutos.es