El aceite de rosa mosqueta está revolucionando el mundo de los cuidados de la piel gracias a sus propiedades hidratantes y regeneradoras. Ayuda a la eliminación de manchas, suaviza cicatrices y contiene antioxidantes súper potentes.
Este aceite natural procede de las semillas del arbusto llamado Rosa rubiginosa y se ha utilizado desde tiempos inmemoriales gracias a su composición rica en vitaminas, ácidos grasos esenciales y antioxidantes
Estas son sus principales propiedades:
Hidratación en profundidad
Funciona hasta en las pieles más secas gracias a su gran contenido en ácidos grasos esenciales: aproximadamente 41% de ácido linoleico, 39% de ácido linolénico, y 16% de ácido oleico.
Retrasa la aparición de arrugas
Gracias a su súper poder regenerador y su contenido en vitamina E, ayuda a combatir y suavizar las arrugas no muy profundas y líneas de expresión.
Reduce estrías y manchas
Mejora el aspecto de la piel visiblemente. Redistribuye la pigmentación, por lo que ayuda a que las manchas desaparezcan y mejora la textura de la piel.
Ayuda a prevenir el daño del sol
Genera melanina, que previene y corrige el fotoenvejecimiento y los problemas de las radiaciones solares sobre la piel.
Propiedades reparadoras
El aceite de rosa mosqueta es un gran aliado para que la piel se recupere tras una herida o quemadura. También es ideal para suavizar cicatrices.
Regeneración
Sus efectos también llegan a capas más profundas de la piel ayudando a las células a producir colágeno y elastina, claves para la firmeza del rostro.
Efecto calmante
Estimula la presión sanguínea y tiene efecto analgésico: ya se está utilizando para tratar los dolores asociados a algunas patologías, como la artritis.
¿Cómo usar el aceite de rosa mosqueta en el rostro?
La clave para notar los beneficios del aceite de rosa mosqueta es ser constante en su aplicación. Se puede aplicar dos veces al día – mañana y noche – o solo en la rutina de cuidados faciales del final del día.
- Primero, limpia tu piel como sueles hacer, con agua micelar o aceite limpiador, y retira con un algodón.
- Sobre la piel limpia, aplica una pequeña cantidad (con unas gotitas es suficiente) y masajea suavemente hasta que se absorba por completo.
- Puedes extenderlo por toda la cara o solo en aquellas zonas que necesiten beneficiarse de sus propiedades: líneas de expresión, cicatrices, manchas…
- Si lo prefieres, puedes añadir unas gotitas a tu crema hidratante facial o corporal y aplicar a la vez.