Si reflexionamos corta que es la vida (este pensamiento suelen hacerse las personas a partir de los 50, cuando les vemos las orejas al lobo) , llegamos a la conclusión que hay que ‘aprender a ser feliz’, pero….
¿Es posible cambiar de hábitos y pensamientos a cualquier edad?
- En primer lugar, creyéndote que puedes experimentar este cambio. Es muy importante que estés convencido de que es posible que se produzca. Si crees que es posible, será posible. Si crees que no es posible no lo será.
- En segundo lugar, te propongo que inviertas tiempo pensando y haciendo cosas con las que suelas disfrutar mucho. Escribe en un papel una lista de cosas sencillas que te gusta hacer y con las que habitualmente disfrutas: hablar con un amigo, ver este programa de televisión, pintar, ir de compras de , … Después de que la tengas escrita, proponte hacer al menos tres cosas de esa lista cada día.
- Haz cambios en tu vida. Cambia la decoración de tu casa en pequeños detalles o complementos, dale un giro a tu forma de vestir con algún complemento más colorido o haz algo que hace tiempo no te hayas permitido hacer. Cuando te hayas acostumbrado a cambios menores, da un pasito pequeño para cambiar algún hábito que desees cambiar.
- Comienza el día recordando todo lo que en tu entorno cercano va bien y todo lo que puedes agradecer: personas, comodidades, cosas que pasan cada día… Los pensamientos tortuosos a veces se instalan porque les damos constantemente vueltas y vueltas en nuestra cabeza. Hemos de combatirlos firmemente como si fueran niños desobedientes.
- Presta más atención a las cualidades de las personas que te rodean que a los defectos que pudieran tener esas mismas personas. Todo somos un poco cebras, con rayas blancas y negras. Haz un esfuerzo por fijarte siempre en las rayas blancas. Ser benevolente ayuda mucho a disolver los pensamientos más tortuosos que invaden tu mente a diario.
- Pide que te regalen películas de risa y acostúmbrate a ver alguna serie o programa de televisión que te haga reír al menos una vez al día. Espero que algún día tu pensamiento sirva para permitirte contemplar todas las cosas hermosas que nos rodean.
Fuente: psicología y terapias