Llegada esta fecha, solemos plantearnos nuevos propósitos para el Año Nuevo. Unos de ellos es perder peso, tarea nada fácil. A veces lo más difícil no es ponerse a dieta, sino evitar recuperar o incluso aumentar el peso de partida.
Es muy frecuente, sobre todo después de bajar varios kilos de peso en poco tiempo, recuperarlos al dejar la dieta, lo que se conoce como efecto rebote. Pero aunque este efecto rebote es más la regla que la excepción, hay modos de evitarlo. Un estudio reciente sugiere que la solución para eliminar el efecto rebote es agregar más proteínas en la dieta.
Lo primero es saber por qué se vuelve a recuperar el peso perdido tan rápidamente. El cuerpo es como una máquina perfectamente diseñada para preservar la vida y la salud. Cuando se lleva un tiempo en una dieta estricta, es posible que se limiten demasiado las calorías que proporcionamos al cuerpo con el fin de bajar de peso rápidamente. El cuerpo se pone entonces en “estado de consumo mínimo” para gastar solamente un mínimo de calorías y preservar así sus reservas de energía. Cuando se vuelve a la dieta normal, el cuerpo acumula todas las calorías que puede para tener de nuevo una buena reserva de energía. Y, como consecuencia, se engorda otra vez.
¿Qué se puede hacer para romper ese círculo vicioso?
Parece ser que una estrategia efectiva es seguir una dieta rica en proteínas.
Un estudio realizado en el Clinical Epidemiology Unit del Karolinska Institutet y en el Obesity Center en Karolinska University en Suecia, confirma que, efectivamente, la mayor dificultad para las personas que pierden peso tras una dieta exitosa es no ganarlo de nuevo.
“El cuerpo tiene varios mecanismos de defensa contra la pérdida de peso, como el aumento del apetito, un metabolismo energético más bajo y la recaída a los antiguos hábitos de alimentación”, dice el Dr. Erik Hemmingsson, miembro del equipo de trabajo del estudio. “Si no existiera el problema del efecto rebote, tratar la obesidad sería relativamente fácil. Pero hay varios métodos para facilitar el control del peso a través de los años, y los datos son suficientes para hacer una evaluación de los estudios existentes”.
El estudio, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, combinó los resultados de 20 estudios anteriores, con un total de 3,017 participantes, obesos o con exceso de peso al iniciar la investigación. Se examinaron los efectos de los medicamentos contra la obesidad, las comidas de sustitución, las dietas de alto valor proteico, los ejercicios y los suplementos de la dieta, en relación con el efecto rebote después de una reducción de peso significativa debido a una dieta muy baja en calorías (menos de 1,000 al día).
Según el estudio, las estrategias más efectivas para evitar el efecto rebote son las dietas ricas en proteínas y las comidas de sustitución. El estudio mostró, sin embargo, que los suplementos de dieta y el ejercicio no tenían mayor influencia en mantener el peso alcanzado después de una dieta.
Además de aumentar el consumo de proteínas, hay otra forma de ayudar a eliminar el efecto rebote. En vez de seguir dietas instantáneas, se puede tratar de bajar de peso poco a poco. Suprimir 500 calorías por día es suficiente para perder peso lentamente, sin colocar al cuerpo en “estado de consumo mínimo”, que es el factor principal que hace engordar tras seguir una la dieta. Y, aunque la actividad física no tenga mucho que ver en el efecto rebote según el estudio, es aconsejable hacer ejercicio (incluso después de seguir una dieta) ya que ayuda a preservar la masa muscular, lo que contribuye a quemar más calorías y a mantener el cuerpo en buena forma.
Fuente: www.vidaysalud.com