Los tres primeros años de vida del niño parecen ser decisivos para determinar su obesidad en edad adulta.
Según se ha puesto de manifiesto durante el reciente Simposio Mediterráneo de Obesidad, un excesivo consumo de proteínas en los primeros años de vida se asocia con un aumento del riesgo posterior de tener obesidad en edad adulta. Por ello es de suma importancia el controlar la ingesta de proteínas durante los tres primeros años del niño.
En este encuentro, promovido por Danone Baby Nutrition, se ha llegado a las siguientes conclusiones:
- La elevada ingesta de proteínas tiene un papel clave en la síntesis de factores que promueven el crecimiento.
- El consumo excesivo de proteínas en el segundo año de vida induce la presencia de una mayor tasa de grasa en la infancia posterior.
- Una apropiada ingesta de proteínas en los primeros años facilita el un óptimo crecimiento y reduce el riesgo de sobrepeso, obesidad y de enfermedades cardiovasculares en etapas más avanzadas de la vida..
En el transcurso de este simposio se definió la obesidad como la pandemia del siglo XXI, ya que hasta 5 de los 10 principales factores de riesgo asociados con las enfermedades no transmisibles están relacionados con los hábitos nutritivos y la actividad física.
Como recomendaciones básicas, se insiste en :
- los beneficios que ofrece la lactancia materna,
- la importancia de vigilar y extremar el cuidado de la alimentación de la embarazada,
- el protagonismo de los factores epigenéticos,
- y el modo y contexto en el que se hace la alimentación.
«Hay que individualizar las pautas de alimentación, así como ser constantes, prácticos y flexibles en la introducción de alimentos en los niños pequeños», matizando que «la excesiva rigidez de los padres en la alimentación de sus hijos acarrea, entre otras consecuencias, la aparición de ansiedad que termina por afectar negativamente a la correcta alimentación del niño», ha explicado el doctor José Manuel Moreno, pediatra de la Unidad de Nutrición del Hospital 12 de Octubre de Madrid.
Este experto, ha recordado que la lucha contra la obesidad debe empezar desde el periodo periconcepcional, «aunque tiene que ser una tarea continua, que se prolongue a lo largo de toda la vida». Sin embargo, advierte que «hay etapas de la vida, sobre todo en los primeros años, que tienen una mayor influencia en la salud posterior». Así, a su juicio, «cuanto antes se inicien unos hábitos de vida saludables, donde es clave la alimentación sana y equilibrada, más salud futura se garantizará».
Fuente: Europa Press