¡ABRÁZAME!

Nunca hemos sentido tanto la necesidad de abrazar y ser abrazados desde que el dichoso virus que nos ha alejado de nuestros amigos y familia nos lo ha vetado. Ello nos priva además de los beneficios que nos aportan los abrazos.

El abrazo de Juan Genovés, pintor valenciano recientemente fallecido.

Pues sí, esta muestra de cariño tan unida a nuestros hábitos sociales tiene además  diversos efectos positivos para nuestra salud física y mental.

1. En primer lugar los abrazos nos aportan seguridad, ya desde la infancia. El contacto corporal es esencial en el desarrollo de un individuo desde las primeras etapas.

2. Reducen nuestro nivel de estrés, según afirman  psicólogos, como Sebastian Ocklenburg, biopsicólogo del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la Universidad Ruhr de Bochum.  Quien  en un interesante estudio destaca la contribución de los abrazos a reducir nuestro nivel de estrés, al disminuir a su vez  la producción de cortisol y adrenalina, hormonas que se emiten en altas concentraciones cuando nos encontramos bajo una situación estresante.

3. Los abrazos nos hacen felices, pues al abrazarnos liberamos oxitocina, una hormona que eleva nuestros sentimientos de apego, empatía, confianza e intimidad. Además de la oxitocina, los abrazos liberan serotonina y dopamina, sustancias que generan una gran sensación de bienestar y felicidad.

4. Nos ayudan a bajar la presión arterial. Existen bases científicas que demuestran que esta simple demostración de cariño contribuye a mejorar el estado de nuestro sistema cardiovascular. Los abrazos activan unos receptores en la piel denominados corpúsculos de Pacini, que a su vez envian las señales al cerebro que reducen la presión arterial.

5. Refuerzan nuestra barrera inmunológica, tal como  evidencia  un estudio realizado en 2014 por las universidades de Pittsburgh, Carnegie Mellon y Virginia.  Durante dicho estudio y tras  administrar a los participantes unas gotas nasales que contenían virus causantes del resfriado común se observó  que cuando aumentaba la frecuencia con la que eran abrazados, se reducía la probabilidad de contagio.

Y yo me pregunto que, si nuestros gobernantes y sus asesores de Sanidad supieran de los beneficios de los abrazos, quizás en vez de propugnar el alejamiento social  nos indujeran al abrazo profiláctico, como un arma eficaz para derrotar al dichoso Coronavirus.

Habría que plantearlo!

 

 

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Acerca de Agueda Orozco

Profesional con gran experiencia en la edición de revistas profesionales de peluquería y estética, organizadora de certámenes profesionales y creadora del blog Beauty Today.
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