El puesto de maquillaje ha sido siempre un lugar donde la higiene se ha mantenido a raya. Sin embargo, en un momento en que la distancia social se impone, de cara a evitar posibles contagios, conviene revisar algunas costumbres.
Roberto Siguero, National Makeup Artist de Lancôme, comparte con nosotros las medidas de seguridad e higiene que toma con modelos y celebrities.
Por ejemplo, los maquilladores siempre han usado sus manos y las yemas de sus dedos como herramientas para aplicar y asentar el maquillaje, dado que el calor de la piel ha sido aliado para encontrar un acabado más natural.
“Ahora mismo, esto no es posible. Para todas las aplicaciones hay bien un pincel, bien
una borla o aplicador desechable. Las manos ni siquiera se usan como superficie para
tomar o mezclar producto, como hemos hecho siempre”, explica Roberto Siguero, que
añade: “Las medidas son estrictas para que el producto vaya del envase a la piel de la
modelo a través del pincel, sin entrar en contacto con nada más”.
¿Y esto cómo se hace? Con herramientas especialmente pensadas para ello. Para
empezar, aquellas que lleva puestas el maquillador que son, ni más ni menos, unas
manos constantemente limpias gracias al gel hidroalcohólico y una mascarilla
higiénica.
Además, Roberto cuenta con dos dispositivos que aportan mucha seguridad porque
suman mayor higiene a todo el proceso de manipulado del maquillaje.
El primero, un neceser que cuenta con un sistema de esterilización capaz de matar
gérmenes y virus en solo tres minutos gracias a unas bombillas de luz ultravioleta. Ahí
dentro puede transportar los productos cerrados para estar seguro que, al cogerlos con
las manos, estén ya limpios pero también puede dejar dentro los envases de sombras
y coloretes o polveras y barras abiertos, de manera que se mantengan totalmente
limpios hasta el momento de usarlos.
Además de este neceser, Roberto cuenta con un esterilizador portátil que puede acabar
con gérmenes y virus en solo tres minutos gracias a sus bombillas de luz ultravioleta.
Con él puede desinfectar la zona el tocador y cualquier superficie, además de los
móviles o cualquier otro objeto que se encuentre en el set.
En este momento se hace todo con pinceles, que llegan al tocador de maquillaje lavados y desinfectados pero que, de cualquier manera, siempre pueden rociarse con alcohol isopropílico, que garantiza una desinfección inmediata.
La gran aliada del maquillador es una placa metálica de un material esterilizable que Roberto utiliza como si fuera la paleta de un pintor. Ahí deposita la cantidad de maquillaje necesaria y de ahí la toma con el pincel, sin pasar por la mano.
Consejos
- Productos fuidos como suero, hidratante, base de maquillaje y corrector se depositan desde el dosifcador a la placa y de ahí se toman con pincel.
- Los polvos sueltos, para no tener que meter la borla o brocha dentro, se depositan en un tisú y, desde ahí, se cogen con una borla lavable o un algodón desechable.
- Productos en textura polvo, como sombras, colorete o polvos compactos se transferen a la placa con ayuda de una espátula similar a las paletas que usan los pintores.
- Los lápices de ojos, de cejas o de perflar labios deben estar siempre como a estrenar. Para conseguirlo, la astucia es aflarlos con un sacapuntas limpio y desinfectado, usarlos una vez y volver a sacarles punta en caso de necesitar repasar algún trazo.
- Para la máscara de pestañas, el sistema es otro. Al ser uno de los productos más fácilmente contaminable conviene llevar varios gupillones desechables, que nunca se meten dos veces en el tubo. Es decir, se carga uno limpio, se usa en las pestañas de la modelo y se desecha. Si se quiere dar una segunda capa,se hace con un gupillón nuevo.
- Las barras de labios, igual. Raspar la cantidad que se quiere y se deposita en la placa, desde donde se toma con pincel. Si se trata de un brillo de labios, con el propio aplicador se pone el producto en la paleta y se aplica a la modelo también con pincel.
Seguir todas estas medidas de higiene y seguridad el maquillar hace sea más seguro que nunca.