¿MIEDO AL CONTAGIO DEL COVID?

La ansiedad y el miedo a ser contagiados son respuestas comunes frente a la pandemia de la COVID-19. Niños, jóvenes, adultos y mayores reciben de forma constante mensajes de alerta sobre las amenazas para la salud que se encuentran en cualquier lugar y situación de la vida cotidiana.

 

Este ambiente genera reacciones más o menos acordes a la situación que cada uno vive individualmente, tanto en ausencia del virus como ante pruebas de su presencia. Así, el 65% de los españoles tiene síntomas de ansiedad o depresión por la pandemia, según un estudio del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), y los expertos en psiquiatría muestran su temor por “un empeoramiento de la salud mental de la población debido a los rebrotes por la COVID-19 y el incremento de contagios.

Las múltiples manifestaciones de la ansiedad
Las manifestaciones de la ansiedad pueden ser emocionales, psicológicas y fisiológicas, y son tantas que “a veces uno no sabe reconocer si lo que tiene es ansiedad o es otra cosa, pero si no sabemos reconocer lo que nos ocurre, tampoco sabemos cómo ayudarnos”, explica la psicóloga  la psicóloga Alba Valle. Las personas que la padecen la pueden sentirla en mayor o menor intensidad, y en forma de nudo en el cuello, presión en el pecho o taquicardias, pero también hay quien vive con mucha ansiedad y sensación frecuente
de urgencia, y sin embargo no sufre taquicardias.

Ansiedad y miedo van de la mano, aunque son fenómenos distintos. La primera viene
de la segunda y es una consecuencia natural de la capacidad innata del ser humano
de sentir el miedo como una forma de protección para garantizar la supervivencia.

La ansiedad no tiene causa a priori, “no hay algo en este instante que la esté generando, sino que suele ser nuestra propia mente o nuestras propias sensaciones internas”, detalla Valle.
Por el contrario, la causa del miedo es generalmente externa, y puede darse por
ejemplo al ir conduciendo y ver venir un coche en dirección contraria, lo que
desencadena el miedo y el mecanismo de huída por motivos justificados. El problema
surge cuando no se sabe gestionar correctamente el miedo y no se le da una salida
útil.

Patologizar el miedo y acabar desarrollando un trastorno psicológico dependerá
fundamentalmente de cómo se abordan las situaciones que generan miedo y
ansiedad, y de lo que se hace para solucionarlas. “La ansiedad no es una enfermedad
sino un trastorno, y tiene que ver con cómo gestionamos nuestros síntomas y emociones”,
recalca la psicóloga, aunque admite que en estos procesos “también influyen las
tendencias genéticas y los ejemplos aprendidos a lo largo de la vida de situaciones
parecidas”.

Las conductas asociadas con tener menos síntomas de ansiedad y depresión son seguir una dieta saludable, no leer “excesiva” información sobre la COVID-19, mantener una rutina, dedicar tiempo a hobbies y estar o mirar a fuera de casa.
“Conductas de afrontamiento simples pueden proteger contra los síntomas de ansiedad y
depresivos durante la pandemia y confinamiento”, indican los investigadores del
CIBERSAM.

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Acerca de Agueda Orozco

Profesional con gran experiencia en la edición de revistas profesionales de peluquería y estética, organizadora de certámenes profesionales y creadora del blog Beauty Today.
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