¿CONOCES LA DIETA PERRICONE?

Si bien la dieta Perricone es ya famosa por ser la que siguen personajes de renombre internacional como Julia Roberts, Anna Wintour o Gwyneth Paltrow, quizás no es tan conocido el hecho de que, además, este programa nutricional puede ser clave fundamental en la prevención del daño solar en verano.

¿Por qué?

La dieta Perricone se postula como el apoyo imprescindible a los protectores solares, que aunque hacen un escudo de protección casi al 100%, deben completarse con antioxidantes tópicos y de suplementación que le dan a la piel fortaleza añadida para prevenir el daño solar.

Para el doctor Nicholas Perricone, la nutrición es un pilar básico de su filosofía de cuidado facial a tres niveles, junto con la suplementación y los tratamientos de uso tópico.  A través de este programa, está científicamente constatado que la inflamación puede controlarse y el proceso del envejecimiento puede retardarse e, incluso, llegar a revertirse gran parte de los daños ya existentes o instaurados

La Dieta Perricone de 28 días

La Dieta de 28 días es un programa antinflamatorio y antioxidante global que favorece una regeneración integral a nivel celular, que se refleja en todo el organismo, potenciando el bienestar, la energía y la mejoría general de los tejidos y la piel, favoreciendo incluso la minimización de arrugas y la redefinición de los contornos faciales -tal y como han constatado varios ensayos clínicos realizados por laboratorios independientes-, además de favorecer un adelgazamiento saludable propiciando la pérdida de grasa, según las necesidades individuales.

No obstante, no está concebida como una dieta adelgazante, sino como un régimen equilibrado y saludable. De todas formas, puesto que es equilibrada, ayudará a conseguir el normopeso.

Ingredientes clave:

Proteínas de alta calidad:  nuestro cuerpo necesita diariamente su ‘ración’ de proteínas de alta calidad entre las que destacan pescados frescos (primando el salmón), pollo de corral, pavo y huevos (mejor orgánicos), el tofu (también orgánico, no de soja modificada genéticamente), kéfir o yogur natural (completamente naturales, sin edulcorantes, ni azúcares, ni BGH -hormona del crecimiento bovino-), quinoa y almendras.

Hidratos de carbono complejos y fibra: aquellos con bajo índice glicémico que permiten una absorción más lenta y no provocan una reacción inflamatoria derivada del incremento de los niveles de azúcar en sangre. Además, este tipo de hidratos, aportan antioxidantes, fitonutrientes y fibras, fundamentales para regular la digestión. Incluyendo entre cuatro y siete porciones diarias de este tipo de nutrientes (contenidos en moras, cebollas rojas y blancas, frambuesas, aceite de oliva, avena o limones), se aporta una gran cantidad de vitaminas, antioxidantes y minerales que neutralizarán los síntomas de envejecimiento y pueden fortalecer la piel para hacerla más resistente a la radiación solar.

Grasas ‘buenas’ o ácidos grasos esenciales: conocidos por sus efectos protectores para el corazón, su capacidad de disminuir la presión sanguínea y reducir la formación de coágulos en la sangre, los ácidos grasos esenciales OMEGA-3, (que podemos encontrar en el salmón, el atún, las sardinas, el aceite de lino o las semillas de chía), ayudan a proteger el sistema cardiovascular, a mantener un peso sano y a mejorar el funcionamiento del cerebro. También son necesarios los OMEGA-6 y los OMEGA-9 presentes, entre otros, en las semillas de girasol, pistachos o aceite de oliva, que ayudan a mantener los niveles correctos de colesterol y triglicéridos.

Ácido Alfa Lipoico y Vitaminas antioxidantes: El Ácido Alfa Lipoico, aparece en verduras como las espinacas o el brécol -o brócoli-. Es una sustancia natural generada por el propio organismo y uno de los elementos clave contra el envejecimiento, ya que contribuye a la producción de energía de la célula, protegiéndolas ante la inflamación provocada por los radicales libres. Actúa en sinergia con todos los sistemas antioxidantes y eleva el glutatión (enzima esencial para la eliminación de toxinas generadas por los lípidos). Por otra parte, las vitaminas A, (presente en frutas rojas como las fresas), las del complejo B, (en altos niveles en las sardinas), y la C, (el limón, por ejemplo), son clave en una dieta nutritiva antiaging al ayudarnos a mantener un buen estado de salud y contrarrestar la oxidación celular y los radicales libres desde el interior.

Nunca se recomienda seguir esta dieta de forma literal, más de los 28 días seguidos (previos o durante la exposición al sol, por ejemplo), haciendo descansos del mismo tiempo entre una y otra.

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Acerca de Agueda Orozco

Profesional con gran experiencia en la edición de revistas profesionales de peluquería y estética, organizadora de certámenes profesionales y creadora del blog Beauty Today.
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