Si todas las promesas que hacen las dietas para bajar de peso rápido fueran verdad, adelgazar sería pan comido. Aunque varias creencias sobre las dietas han sido calificadas como falsas por los expertos, muchos las siguen creyendo.
“Adelgaza en dos semanas” – La peor mentira es creer que una dieta para bajar de peso puede tener efectos duraderos. Estas dietas para perder peso rápido no ayudan a cambiar los hábitos alimenticios ni garantizan bajar de peso. Es más, si se consigue hacerlo, es muy difícil que pueda mantenerse una vez concluida la dieta.
“Hay que comer sólo una vez al día” No es necesario morirse de hambre para adelgazar. Al contrario, es más saludable comer varias veces al día pero en cantidades pequeñas, así se puede controlar el hambre y la cantidad de lo que se come.
“Comer entre comidas es malo” – Esto no es cierto. El hacerlo puede ayudar a bajar de peso, pero dependiendo de lo que se come. Conviene reemplazar los bocadillos dulces o salados, por frutas y vegetales, y así calmar el hambre mientras se come algo saludable.
“Cuanto más se sufre, mejor es la dieta” – Una buena dieta no es la más rígida, sino la que influye permanentemente en nuestros hábitos alimenticios. La mayoría de las dietas estrictas que prometen bajar de peso rápido, no se pueden seguir por mucho tiempo porque nos cansamos de no poder comer nuestros alimentos preferidos, de comer siempre lo mismo, o de estar constantemente con hambre. Uno termina dejándolas y comiendo como antes.
“El ejercicio es suficiente” – Aunque el hacer ejercicio es fundamental para perder peso, el cambiar de hábitos alimenticios también lo es. Las calorías que se logran quemar con el ejercicio, se recuperan fácilmente. Es cierto que el hacer ejercicio abre el apetito, pero si realmente se quiere bajar de peso de forma rápida, hay que comer más saludable y en porciones más pequeñas.
“Todos los carbohidratos son malos” – Los carbohidratos en sí no son malos, nos proporcionan energía, pero los carbohidratos procesados provenientes del pan o del arroz blancos, de los dulces o los refrescos promueven el aumento de peso. Mientras que los carbohidratos provenientes de los granos integrales, los vegetales, las frutas y las legumbres, además de ser saludables, son ricos en nutrientes y en fibra.
“Todos las grasas son malas” – ¡Mentira! Las grasas son necesarias para una buena salud. Pero no todas son iguales: hay que saber escoger. La clave es identificar el tipo de grasa, qué alimentos las contienen y la cantidad que conviene comer para que ayuden en vez de que perjudiquen.
Si se quiere adelgazar, no hay que hacer dietas difíciles ni arriesgadas; es cuestión de modificar nuestros hábitos alimenticios. Además de ser más saludable y agradable, se puede llegar a perder peso de forma eficaz.
En las dietas no hay ‘milagro’, sólo constancia y un buen asesoramiento.
Fuente: http://www.vidaysalud.com/
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